El puerto de Palamós es el principal en cuanto a pesca de gamba roja de todo el Mediterráneo y hay que remontarse a los años 30-50 para encontrarnos con los pescadores que venían del sur de Cataluña y del norte de la Comunidad Valenciana hacia Palamós con su arte de pesca de arrastre y así la gamba roja donde, actualmente, representa un 50% de la facturación total de la confraría de Palamós.
En todo el mar Mediterráneo pueden llegar a convivir unas 150 especies distintas de gambas pero la más sabrosa, la roja o rosada, es la más apreciada por todos los consumidores. Esa gamba es la que, gracias a las características especiales de la Costa Brava, es admirada. Se suele situar en ambientes rocosos de los fondos marinos de la Costa Brava, con aguas transparentes y repletas de biodiversidad desde Palamós hasta el Cabo de Sant Sebastián.
Se suele encontrar a diferentes profundidades pudiendo llegar a encontrarse a los 100 metros y hasta los 2.200 metros aproximadamente donde encuentran su alimentación, la biodiversidad marina compuesta de minerales y algas. Se suelen ver por diferentes zonas del mediterráneo pero las más dulces y sabrosas son las Gambas de Palamós.
¿Cómo es la Gamba de Palamós?
Es un crustáceo de la especie Aristeus antennatus de color rojo intenso, de carne muy fina y sabrosa. La época de pesca fuerte es en verano, que es cuando se encuentran ejemplares más grandes y en más cantidad.
Se suele pescar en las costas de Palamós pero también en otras zonas del litoral como Blanes, Roses o parte de la costa tarraconense. Cada vez ha ido cogiendo mucha más importancia en la gastronomía mediterránea hasta conseguir un renombre y reconocimiento único.